10 julio 2011

"No me ama"


Escrito, dirigido y actuado por Martin Piroyansky
Twitter: @martinpiro

Una interesante y divertida historia sobre aquello que todos nos preguntamos alguna vez en algún punto de una relación: ¿me ama? ¿no me ama? ¿por qué nunca me lo dice? ¿hay que decirlo siempre? ¿por qué?

No sé si esta historia aclara las dudas, pero a mí me gustó.

:·:

08 julio 2011

Amores (im)perfectos

Lonely Fisher by ~Latyrx | Deviantart »
–¿Por qué te casaste con Amalia? –pregunté.
–Porque era perfecta. –contestó él, mirando su café.
–¿Y por qué te querés separar ahora?
–Porque sigue siendo perfecta. Y yo el mismo boludo de siempre.
Vaya respuesta.
Esta conversación sucedió hace varios años, con Gabriel, el jefe de la redacción. Mi jefe. Hacía poco que trabajábamos juntos y aquella tarde volvíamos de una nota. Nos tomamos un descanso y fuimos a tomar un café antes de volver a la oficina. Parecía más cansado que nunca, con ganas de hacer catársis, así que lo dejé hablar. De paso, lo iba conociendo un poco más.
–Es difícil remarla con alguien que hace todo bien. –declaró.
–Peor es remarla con alguien que te quiere hacer creer que hace todo bien...
–¿Y vos por qué te separaste? –preguntó.
–Primero, porque el quía nunca quiso compromiso exclusivo conmigo. Él quería seguir haciendo su vida de soltero y bon vivant. Y como para vender humo siempre fue muy bueno, me vendió una relación que no andaba desde el principio, pero me convenció de que era así por culpa mía. Que si las cosas no funcionaban era porque yo era un ser inferior que no merecía el privilegio de estar con un semidiós de su talla.
–¡No jodas! ¿Te manipulaba psicológicamente?
–¡Puf! Me llevó litros de lágrimas y horas de terapia sacarme esa idea de la cabeza. Así fue que un día tanto me jodió que dije basta, le hice frente y gané la batalla. David contra Goliat. Nadie daba dos mangos por mi causa, pero al final gané el juicio. Creo que le dolió más perder plata que perderme a mí y a la hija. Aún así intentó arreglar las cosas una y mil veces, no porque hubiese madurado sino porque su ego no podía permitirse semejante derrota.
–¡Qué personaje! Bueno... me siento menos solo ahora.
–Sin embargo vos todavía estás a tiempo de poner un parche en el fondo del bote.
–El bote no se va a hundir aunque tenga mil agujeros, porque Amalia también es de las que no aceptan ni una derrota en su vida. Así que hasta donde pueda seguiré remando. Y cuando no pueda más, si no me muero antes, me escaparé nadando una noche sin luna y terminaré mis días náufrago pero feliz en una isla desierta.
Nos reímos y dimos por terminado el descanso. El resto de la jornada (que prometía ser larga) nos esperaba.

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04 julio 2011

Te lo merecías

Person waiting for its flight at Frankfurt Airport in the morning. | Stock.xchng »
–No sé si vuelvo, no sé si voy a querer volver. –dijo la chica, ligeramente exasperada.
Su interlocutor la miró de hito en hito. Él era joven, tenía una barba corta; ella también era joven, bonita y de pelo corto. Siguieron hablando en voz baja. Yo desvié la mirada de la revista que tenía para ver si escuchaba algo más de la conversación, pero apenas capté algunas palabras sueltas. Él, pocos minutos después, bramó: “¡Hacé lo que quieras!” y se alejó furibundo. Todos se dieron vuelta a mirar la escena, pero poco después volvieron a sus asuntos. Ella se quedó inmóvil como una estatua, luego se sentó a dos asientos del mío, abatida. Sollozaba despacio. Me dio pena, pobre piba. Saqué de mi bolsillo el paquetito de pañuelos descartables y se la extendí con una sonrisa condescendiente. Ella me miró desconfiada unos segundos, pero luego las tomó y me agradeció con un hilo de voz.
–¿Vos también te vas? –me preguntó, luego de unos minutos.
–No. Vine a esperar a mi jefe.
Me miraba como deseando seguir la conversación, entonces continué: –Lo pone nervioso volar y siempre se toma un whisky doble para soportar el viaje. Entonces llega ya medio mamado y no sabe ni cómo se llama. La mujer no soporta verlo así, entonces tengo que venir yo a rescatarlo de los papelones.
Se rió. Me contó brevemente que se iba a París, que había sido premiada con una beca para perfeccionarse en algo relacionado a las artes audiovisuales, y que todos los de su entorno estaban muy contentos con su suerte...
–... todos excepto mi chico. Ese tarado que se fue a la mierda hace un ratito.
Suspiró y miró al suelo. Se pasó el pañuelo delicadamente por el ojo izquierdo.
–Estudia con vos, ¿no? –le pregunté.
Levantó la cabeza y me miró con los ojos muy abiertos. Asintió mientras se secaba la nariz.
–Está celoso, y los celos son malos consejeros. Le molesta mucho que te vayas lejos y tal vez conozcas a otro, pero lo que mas le jode es que ganaste una beca que él también quería, no porque le hiciera falta sino porque es híper competitivo.
Frunció el ceño y se quedó, pensativa durante un rato. Luego balbuceó:
–Cierto. No le gusta perder ni a las bolitas. Y también quería esa beca... Sos bruja.
–Algo de bruja, y buena observadora. Los tipos como él son un lastre, creeme, si querés volar alto tenés que liberarte de todo el peso inútil...
De pronto, el altavoz anunció que el vuelo desde Caracas había arribado.
–Bueno, ahí llegó mi jefe querido... ¿Sabés una cosa? Cuando llegues a París, desahogate todo lo que quieras, llorá hasta inundar el baño. Y después ponele toda la pila a tu carrera. Los hombres van y vienen, las oportunidades no. Besos y éxitos.
Me despedí con una sonrisa y movimiento de mano. Caminé a paso ligero hasta la puerta de arribos. Vi venir a Gabriel, mi jefe, a paso lento, con los ojos algo hinchados. Medio adormilado me sonrió y me dio un abrazo como un chico que se encuentra con su mamá a la salida del kinder. Lo ayudé a encontrar sus anteojos y liar con la documentación para retirar la valija.
Años después, vi a esa misma piba por televisión. Recibió un premio por un corto de cine y le estaban haciendo una entrevista. Se me puso la piel de gallina cuando la escuché hablar:
–... y tuve mucho miedo cuando me fui de Buenos Aires, hace tres años. Estuve a punto de no subir al avión. Pero el consejo que una desconocida me dio esa madrugada me hizo ver que yo tenía una oportunidad única en mi carrera, y no podía desaprovecharla. Ella creía en mí, ¿cómo no iba a creer yo? Los primeros meses en París fueron bastante difíciles porque extrañaba horrores. Pero me esforcé mucho por superarlo, me fue bien, hice mi corto y me premiaron... y aquí en París conocí al amor de mi vida. Eso me hizo ver que algunas cosas no suceden por mera casualidad. Si volviera a encontrarme con esa mujer, le daría las gracias”.
“De nada”, pense yo, con una sonrisa. “Te lo merecías”.

:·:

01 julio 2011

Más de lo que vale

body by ~skyvood | Deviantart »
Me acuerdo que hace un tiempo, siendo novata en Facebook, me hice amiga de un señor. Era lindo, cuarentón, ojos celestes, y se conservaba bastante bien. Todo un winner. Debo confesar que fue lo primero que me atrajo de él, y como rankeó varias de mis fotos con un "me gusta", me sentí halagada de tener su atención. Pero (oh sí, siempre hay un pero) con el tiempo me di cuenta que era flor de vueltero. Mucho chat, nada de mostrar la cara frente a frente. Todo era 100% virtual. Si lo apuraba, salía siempre con alguna excusa: que no me gusta el centro, que hoy llueve, que hace calor, que hace frío... Hasta llegó a decir que se había operado de no se qué de la columna y tenía un "período de reposo bastante extendido" (?). Sin embargo, para postear en Facebook no le dolía nada. Y las cosas que decía eran casi todas vanaglorias de sus viajes por el mundo, de sus contactos con gente reconocida de la TV y otros medios, y muchas críticas a la sociedad con un tonito muy "pro".
Un día, leyendo una boludez que posteó, se me ocurrió confrontarlo. ¡Para qué! Se me vinieron al humo la mitad de las minitas de su lista de contactos, diciéndome "grosera", "malparida", "argolluda" y otros epítetos irreproducibles. Unas ladies las chicas. Y el señor, en vez de llamar al orden, parcecía azuzar los perros. ¡Miralo un poco al pollerudo! Estaba haciendo uso del poder de su "belleza" para lograr lo que quería: atención femenina. Mucha. Y las otras pobres gilas seguro lo defendían con uñas y dientes para conservar el privilegio de estar en su lista de amigos. No me gustó esa clase de manejo que tenía con las personas y mucho menos quería que me manejara a mí también como otro perrito faldero. Corté por lo sano. Lo saqué de mi lista y borré todos mis comentarios.
Semanas después me volvió a mandar solicitud de amistad diciendo... ¡que me perdonaba porque me consideraba buena mina e inteligente! Le devolví el mensaje diciéndole que se vaya a freír bosta, él y su coro de ángeles, y lo bloqueé definitivamente.
Por eso, no sé si hago bien o hago mal, desconfío de los hombres lindos que tengan en su lista un importante número de amistades femeninas cuyas fotos de perfil son medio gatosas. Prefiero a los feuchos, los que usan anteojos, los que tienen canas, los que se les nota la buzarda, los que se sacan fotos con sus perros o gatos sin pedigree.
Dicho de otro modo, "no hay que dar por el chancho más de lo que el chancho vale". O lo que el chancho cree que vale. Y no olvidemos que "a todo chancho le llega su San Martín": hoy estás bárbaro, mañana andás con bastón y pasado mañana te tienen que cambiar los pañales.
Es así.


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25 junio 2011

Buscando la media naranja

Creo que, hasta el día de hoy, es la mejor explicación (con una alta dosis de cinismo) a eso que nos pasa a todos los que hoy no tenemos pareja y quisiéramos encontrarla:

Buscando la media naranja [vía cinismoilustrado.blogspot.com]
¿Podría ser peor? Creo que sí, pero por las dudas no lo voy a averiguar :-P

22 junio 2011

Siesta

fell off the world into my bed by bcharles | Deviantart »
Soñé con vos.
Entrabas despacio a la habitación, caminando suavemente. Sin hacer ruido buscaste tu lugar a mi costado. Sentí tu mano acariciar mi espalda, tu beso tibio en mi hombro, tus dedos jugando entre mi pelo, tu respiración acompasada, el calor de tu piel. Fue un instante, o tal vez horas, de placenteras sensaciones, de recuerdos añorados y momentos cuidadosamente archivados. Me susurraste algo que no alcancé a comprender.
Abrí los ojos.
Una luz ambarina se cuela por la ventana. El reloj anunciaba las cuatro de la tarde; di por terminada la breve siesta. Me incorporé.
Estaba sola.


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20 junio 2011

El inmóvil

Dylan at Yorkdale. by ~mitch-meister | Deviantart »
Lo vi parado en el anden. Algo en él me llamó la atención. Subimos al subte y nos sentamos frente a frente. Mientras yo lo observaba detenidamente, él permaneció en su lugar inmóvil las cinco estaciones que viajamos juntos. Parecía preocupado, o hastiado, o ambas cosas. ¿Qué pasaría por su mente?
Me puse de pie, fingí perder el equilibrio y lo empujé por el hombro. Me disculpé, pero él ni siquiera giró la cabeza para aceptarlas. Nada. Siguió quieto, ausente.
Llegamos a la estación. Le toqué el hombro disimuladamente con el dedo índice, a modo de despedida, antes de bajar.


:·: