28 julio 2011

Amor, felicidad y una copa de Malbec

Heat by ~Kawwl | Deviantart »
–... y creo que a esta altura de mi vida puedo decir que soy feliz. Estoy en paz conmigo misma, me quiero y me acepto tal como soy, y no necesito depender de nadie ni económica ni afectivamente. Es maravilloso todo eso, ¿no te parece?
Agité suavemente mi copa de vino para sentir el delicioso olor del Malbec. Tomé un sorbo, miré a mi interlocutor y casi me atraganto. Me miraba con una ligera mueca de incredulidad y desdén. Alcanzó a balbucear que no estaba muy de acuerdo conmigo y acto seguido, empezó a buscar los cinco pies al gato. Que mi situación económica no era la mejor (apenas cruzo la línea de pobreza), que no tenía una linda figura o un bonito rostro, ni auto o tan siquiera un LCD de 40 pulgadas...
–...si no necesitás nada ni a nadie para ser feliz, entonces ¿para qué querés pareja?
–¿Hace falta estar hecho mierda para eso?
–Hace falta necesitar a alguien.
–Pero yo no lo necesito. La necesidad genera dependencia, como el pucho. Y hasta donde yo sé, eso no es amor.
Me miró boquiabierto. Yo continué.
–Es muy simple. Las personas creen que amar es depender, esperan demasiado del otro y se desesperan si éste no cumple con sus espectativas. Quiero esto, dame aquello. En la juventud tal vez sea así, pero con los años y la experiencia las cosas cambian. Se supone que a esta altura uno ya sabe qué quiere de la vida.
–Ser feliz.
–Pero la felicidad no la dan los aparatitos electrónicos ni hace falta viajar por el mundo sin laburar y con la billetera llena de dólares. Hace falta viajar a un lugar a dónde nadie se atreve a ir: al interior de uno mismo. ¿Y sabés por qué no lo hacen? Porque no se aman. Porque saben que van a encontrar muchas cosas desagradables de las que se van a tener que hacer cargo. Es más fácil ir por la vida tirándole el fardo de los problemas a los demás. Si un persona no es capaz de amarse a sí misma, ¿cómo podría amar a otro, entonces?

Obviamente, me lo discutió, porque por lo visto teníamos diferentes perspectivas de lo que era la felicidad. Para él, la felicidad estaba en igualar todos esos estereotipos que vende la televisión. Y de pronto, encontrar a alguien que rompía con todos esos esquemas, le debe haber movido la estantería. Media hora más tarde y con una excusa pedorra, se retiró.
Lástima, parecía un tipo potable. Pero ahora se va, raudo y veloz, con las manos en los bolsillos, como el apostador que se aleja del hipódromo donde ha dejado la mitad de su sueldo.
Y yo, como una diva, me quedo un rato más en el lugar, con la copa semivacía en la mano y una sonrisa en los labios. En la mesa frente a la ventana hay tres amigos, bastante guapos, y uno de ellos me mira insistentemente. De pronto, alza su copa hacia mí con un gesto amistoso. Le devuelvo el saludo.
No hay mal que por bien no venga.

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20 julio 2011

Citas a ciegas

"Cita a ciegas" by Emilio Ferrero

Hoy en día gracias a la popularidad de las cámaras digitales, Facebook, y las crecientes ganas de exhibirse de la gente, las citas a ciegas cayeron en deshuso. Conocer a alguien online es más simple y no hay lugar para las excusas. Pero hace diez años atrás tenías que arriesgarte: casi nadie sabía que existían los escáneres o las cámaras digitales (o se hacían que no sabían). Entonces, tenías que pedirles que se describan físicamente. Y te la pintaban que eran Brad Pitt mas o menos. Cuando te encontrabas con el candidato te querías matar. Nada que ver con la sanata que te mandó; si no era espantoso era ganso o aburrido, o esas tres cosas juntas. Te daban ganas de ser abducida por los extraterrestres en ese preciso instante. "Es que si te decía la verdad no me ibas a dar bola" era toda la respuesta que recibíamos ante tanta falta de objetividad y deshonestidad. Sin palabras.

Ojo, que también hubo casos de mujeres, y en esto ellos dicen que nosotras somos mucho más mentirosas, y que encima, si mostramos fotos, están todas photoshopeadas mal o son de al menos de hace 10 años atrás. En todos lados se cuecen habas, e Internet vendría a ser como una cacerola gigante.

Aún así, una foto no te salva de encontrarte con una persona que no tiene los patitos muy alineados que digamos. Que es lo que me viene sucediendo a mí a menudo últimamente. Pero al menos te da la pauta de saber que es un ser humano, un ser de carne y hueso (ah sí, porque existen "bots" y "marionetas", un tema largo de contar que merece un post aparte), y mientras más fotos nos muestre mejor, porque nos ayuda a reconocer al otro a través de los momentos en que se sacó esas fotos.

Gracias a Emilio Ferrero por el chiste. Visiten su página de Facebook y háganse fans. Por amor al humor :-D

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15 julio 2011

Billetera mata galán

Pay Up by Latifalshamsi | Deviantart.com »
Nunca me voy a olvidar de la cara de Jorge aquella vez que salimos a cenar. En un momento pidió la cuenta, y el mozo se la trajo. Conversábamos mientras buscaba en sus bolsillos, primero despreocupadamente y luego con algo de nerviosismo. Frunció un poco el labio, como suele hacerlo cuando se pone nervioso, y empezó a ponerse colorado. Era la cara perfecta de un perfecto desesperado.
–¿Qué pasa, muñeco? –preguntó.
–Yo... eh... –balbuceó mientras seguía revisando nervioso todos los bolsillos habidos y por haber en su camisa, su saco y su pantalón.
El mozo apareció y entonces yo, más veloz que la Mujer Maravilla, saqué mi tarjeta de débito de la cartera y la coloqué en la bandeja junto con la libreta y la cuenta. El mozo se retiró con ella.
Jorge me miró con los ojos muy abiertos, como si acabara de venderle mi alma al diablo.
–¿Qué? –dije, tomando un sorbo de vino de su copa.
–Se... se supone que el caballero siempre paga la cuenta. –me dijo en voz baja, algo molesto.
–No seas anticuado. Además, ¿me parece o no tenés tu billetera?
–No, no sé... la perdí, o me la chorearon... pero no, no puede ser. Yo la tenía...
–Para mí que se te cayó en el auto. Pero tranqui, la buscamos cuando vayamos para allá. Igual ya está resuelto el tema.
–Bueno pero no, no debe ser así. Cuando la encuentre decime cuánto te debo...
–No seas cavernícola, che. Además, ¿somos o no somos amigos?
–Ese no es el punto.
–El punto es que, al poner yo mi tarjeta, se te pinchó el orgullo.
–No, tanto como eso no, pero...
–¡A veces sos tan pero tan anticuado, Jorge!
–Nada que ver. Soy un caballero.
–Y como buen caballero, dejarás entonces que la dama se salga con la suya esta vez.
Lo miré con una sonrisa. El se aflojó y también sonrió. Luego dijo:
–Es la primera vez que una chica me paga la cena. Me siento un miserable.
–Siempre hay una primera vez para todo.
–Sabés, mi abuelo y mi papá siempre decían que un hombre nunca debe permitir que una mujer pague nada, así sean dos monedas. Es exponerse a quedar como un amarrete de cuarta, como un pelotudo, o peor aún, es como cederle a ella el control de la situación.
–Ah, ya entendí: juego de poderes.
–Ehm, sí, algo así.
–El dinero genera poder, y el poder seduce.
–Conceptualmente sí.
–De ahí el famoso "billetera mata galán".
Y nos reímos a carcajadas. Cuando me calmé, lo abracé y le dije al oído.
–Escuchame tres cosas. Una, la pasamos bárbaro, ¿o no? Estoy de buen humor, tengo la panza llena, y estoy con vos. Dos, la plata vuela, sea de quien sea, así que hay que disfrutarla. Y tres, espero que, a pesar de haberte quitado un poquito de poder hoy, me sigas llamando para salir.
–Lo voy a pensar.
Yo ni lo pensé. Lo besé, porque eso era lo que más me gustaba de él: que era chapado a la antigua, más por educación que por convicción; pero una virtud como esa era más que irresistible para una mujer moderna como yo.
El mozo repareció en escena con la tarjeta, el ticket y el voucher, y se retiró. Firmé, dejé la propina y nos levantamos.
Camino al estacionamiento Jorge seguía algo abatido mientras yo me seguía riendo de las ocurrencias. Abrió la puerta, buscamos en el interior y finalmente encontramos la famosa billetera desaparecida en el piso, frente al asiento del conductor.

:·:

13 julio 2011

Belleza, inteligencia y... coherencia

AMULTI MANOS by ~equisxxx | Deviantart.com »
Suena el rinrin del Skype. Abro la llamada. Es un quía, vamos a ponerle por nombre Mr. Ser, que me dice:
–¡Hola! ¿Vas a estar en tu casa hoy?
–No. En un rato me voy.
–¿A dónde vas?
–Tengo una reunión a media mañana, de ahí me voy a la oficina.
–¿Y más tarde?
–A las 19 hs tengo un workshop. Y de ahí a casa con mis hijos.
–Pero che, ¿siempre estás tan ocupada?
–¿Y qué pretendías de una mujer inteligente e independiente? ¿Que me quedara en casa todo el día esperando que me llames?
–No, tanto como eso no pero...
–¿Y qué hay de vos? ¿Sólo me llamás para salir cuando tenés tiempo? Hoy seguro tuviste el día libre y como estás aburrido se te ocurrió pensar en mí.
–No... No es así. Pero no sé, siempre estás haciendo cosas...
–De mi trabajo depende mi subsistencia y la de mis hijos. Ojalá me pagaran por ser tan linda, o por comentar en Facebook o Twitter, pero no sucede. Además, mi profesión me exige estar actualizada, por eso voy tan seguido a los workshops, cursos y eventos de networking. Roca que rueda no junta moho.
–Entiendo...
No, en realidad no entendió nada porque al otro día me sacó de su lista de contactos. Eso es algo por lo que nunca voy a entender a los varones de mi generación: exigen de una mujer belleza, inteligencia, independencia, y después no se la bancan. Encima de todo lo anterior, ¡pretenden que tengas tiempo para ellos cuando a ellos se les antoja!
Si le hubiese dicho que tengo todo el tiempo del mundo porque total me rasco a cuatro manos todo el día mirando novelas y tomando mate con facturas, total vivo de planes sociales, asignaciones universales y cada tanto voy a los actos proselitistas por plata o por el chori y la coca; y encima estoy más desgreñada que una mula, tampoco me hubiese dado bola.

En fin, a algunas personas les falta coherencia. Con razón no cojen.

Bueno... las que sí tenemos coherencia tampoco. No sé cómo es la historia acá.

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10 julio 2011

"No me ama"


Escrito, dirigido y actuado por Martin Piroyansky
Twitter: @martinpiro

Una interesante y divertida historia sobre aquello que todos nos preguntamos alguna vez en algún punto de una relación: ¿me ama? ¿no me ama? ¿por qué nunca me lo dice? ¿hay que decirlo siempre? ¿por qué?

No sé si esta historia aclara las dudas, pero a mí me gustó.

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08 julio 2011

Amores (im)perfectos

Lonely Fisher by ~Latyrx | Deviantart »
–¿Por qué te casaste con Amalia? –pregunté.
–Porque era perfecta. –contestó él, mirando su café.
–¿Y por qué te querés separar ahora?
–Porque sigue siendo perfecta. Y yo el mismo boludo de siempre.
Vaya respuesta.
Esta conversación sucedió hace varios años, con Gabriel, el jefe de la redacción. Mi jefe. Hacía poco que trabajábamos juntos y aquella tarde volvíamos de una nota. Nos tomamos un descanso y fuimos a tomar un café antes de volver a la oficina. Parecía más cansado que nunca, con ganas de hacer catársis, así que lo dejé hablar. De paso, lo iba conociendo un poco más.
–Es difícil remarla con alguien que hace todo bien. –declaró.
–Peor es remarla con alguien que te quiere hacer creer que hace todo bien...
–¿Y vos por qué te separaste? –preguntó.
–Primero, porque el quía nunca quiso compromiso exclusivo conmigo. Él quería seguir haciendo su vida de soltero y bon vivant. Y como para vender humo siempre fue muy bueno, me vendió una relación que no andaba desde el principio, pero me convenció de que era así por culpa mía. Que si las cosas no funcionaban era porque yo era un ser inferior que no merecía el privilegio de estar con un semidiós de su talla.
–¡No jodas! ¿Te manipulaba psicológicamente?
–¡Puf! Me llevó litros de lágrimas y horas de terapia sacarme esa idea de la cabeza. Así fue que un día tanto me jodió que dije basta, le hice frente y gané la batalla. David contra Goliat. Nadie daba dos mangos por mi causa, pero al final gané el juicio. Creo que le dolió más perder plata que perderme a mí y a la hija. Aún así intentó arreglar las cosas una y mil veces, no porque hubiese madurado sino porque su ego no podía permitirse semejante derrota.
–¡Qué personaje! Bueno... me siento menos solo ahora.
–Sin embargo vos todavía estás a tiempo de poner un parche en el fondo del bote.
–El bote no se va a hundir aunque tenga mil agujeros, porque Amalia también es de las que no aceptan ni una derrota en su vida. Así que hasta donde pueda seguiré remando. Y cuando no pueda más, si no me muero antes, me escaparé nadando una noche sin luna y terminaré mis días náufrago pero feliz en una isla desierta.
Nos reímos y dimos por terminado el descanso. El resto de la jornada (que prometía ser larga) nos esperaba.

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