15 octubre 2015

El abrazo

"Nobody else could ever know" by quadratiges  /  DeviantArt.com

Hay días en que extraño su abrazo, un abrazo que iba de parte mía así como un decreto porque él no me abrazaba nunca ni me daba la mano por voluntad propia. Me tiraba encima con la cabeza en el hombro y le tocaba el pelo blanco, o me acurrucaba sobre el pecho para escuchar ensimismada el tuntún de su corazón, mientras él cambiaba de canal o contestaba los mensajes del celular. Era tan lindo sentir el calorcito de ese cuerpo enorme, y en esa enormidad poder yo sentirme otra vez una criatura protegida, como un pichón en su nidito.
Creo que nunca se dio cuenta de la dimensión de mi devoción por él. Mi admiración por todo lo que representaba como persona, como profesional. Mi fascinación por su fisonomía imponente, casi leonina. Mejor que no se haya enterado, porque con los años una aprende a no dejar escapar los sentimientos, que el otro nunca se entere que sos hiper sensible porque se va a aprovechar de eso para manejarte.
Hay días que lo extraño así, sin explicación, y se me escapan las lágrimas como tonta, no importa el lugar y la hora.
Ya ves, nena, que si te peleás con alguien que querés y es definitivo, lloralo. Hacé tu duelo y cerrá ese capítulo. Mirame, yo no quise hacerlo, me hice la valiente, cambié el status del Whatsapp por "libre para un nuevo amor", me hice la loca, salí a vivir la vida, reír y cantar y laralalá. Me divertí ya con más de una docena de tipos, algunos lindos, otros masomenos y un par de imbéciles también. Pero él ronda en los recuerdos y se resiste a entrar en archivo. Y eso me hace hacer cosas estúpidas, como mostrar la última foto que nos sacamos el día de mi cumpleaños, que fue justo el último día que nos vimos... ¿Por qué carajos guardo esa foto en mi celular todavía?
Ya se me pasará. "Es cuestión de tiempo" como solía decir él. O cuando alguien me abrace, queriendo hacerlo, sin que yo se lo pida. Tal vez ese día se termine de cerrar la historia.

u.u

12 julio 2015

Cuando los opuestos se atraen

Este divertido corto de animación nos muestra qué pasa cuando los opuestos se atren y empiezan a ver la vida de otra manera.


Jinxy Jenkins and Lucky Lou from Ringling Computer Animation on Vimeo.

¡Sean felices!

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08 junio 2015

El amor en los tiempos de Tinder

Si usás o usaste #Tinder alguna vez, sabés que la historia es mas o menos así... :-P


#LunesDeHumor o_O

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06 junio 2015

Mesa de mujeres

En la mesa de mujeres se habla de todo, incluyendo hombres, conquistas y amantes.

Como todos los jueves, el bar de Angie tiene una mesa exclusiva para cinco mujeres amigas. Aldana, Rita, Vanesa, Mora y quien escribe.
Aldana, es hermana de mi mejor amigo Lalo, es contadora, de pelo castaño largo y modales refinados, madre soltera y acérrima protectora de su familia, adora la moda y estar siempre divina, por eso es la que siempre marca tendencia entre todas nosotras.
Vanesa, mi amiga de la facultad, ha cultivado su propio estilo entre dark y urbano que la distingue y no ha variado con los años. Años atrás tenía el pelo rubio bronce, se lo tiñó de negro azabache y ahora lo lleva morado oscuro. El aspecto rebelde y desapegado no son más que corazas que ocultan a una chica sensible y generosa.
Rita, compañera de mi actual trabajo, es pura simpatía: se diría que nació para las relaciones públicas y se está por recibir de licenciada en marketing. Lleva una vida despreocupada y sin límites, le encanta salir y divertirse; según ella, la vida se basa en experiencias.
Mora fue mi compañera de los cursos de inglés y de mi primer trabajo. Su verdadero nombre es Lucía pero todos le decían "Demora" (de ahí le quedó Mora) tal vez por su hábito de tomarse su tiempo para todo: es la típica chica zen, de perfil bajo, adepta al SLOW, el yoga, el tai-chi y la ropa cómoda. Pese a esto, adora el buen comer y beber, aunque siempre en su justa medida.
Angie, la dueña del bar, también suele participar en nuestros debates. Como es la más grande de todas, y tal vez la más realista, ejerce un rol casi materno en el grupo, dando su opinión y aconsejando.
Y yo, madre soltera, laburante, cabeza dura y amante de las historias, la ropa linda, las flores, las salidas, el buen vino y con un tremendo magnetismo para atraer a los tipos equivocados.

En nuestras conversaciones hay de todo un poco: trabajo, hijos (las que tenemos), actualidad, moda, belleza, dietas... y sobre todo, ¡hombres! Porque todas nosotras, incluyendo nuestra anfitriona, somos mujeres solas. Todas hemos pasado la experiencia de un matrimonio o una convivencia que nos dejó chamuscadas pero con la lección aprendida. Y como diría Vanesa, todas las experiencias nos enseñan algo, y por eso hay que estar abiertas a lo nuevo. En las mesas de galanes se habla de minitas, de conquistas y de amantes, pero si no mienten la exageran hasta la estratósfera. Porque los hombres son así. Mentira eso que el tamaño o la cantidad es lo de menos, a ellos sí les importa y mucho. En las mesas de mujeres también se habla de eso, de hombres, de conquistas y amantes, pero somos más honestas con las de nuestro círculo. Como una hermandad, una manada, donde nos conocemos bien. Rara vez tapamos o disfrazamos la verdad porque generalmente necesitamos un consejo directo y sincero, un "¡sí, dale para adelante!" o un "¡ni se te ocurra, nena!".

Y experiencias, a todas nos sobran. Buenas y malas. Divertidas y aburridas. La mayoría, dignas de un libro o una serie de TV. Porque, como se dice por ahí, la realidad supera ampliamente a la ficción.


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02 junio 2015

#NiUnaMenos


Adherimos plenamente a la campaña y a la marcha del miércoles 3 de junio a las 17 hs en la Plaza del Congreso, Buenos Aires.

"Cuando hay amor no hay violencia ni maltrato."

Sean felices.

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17 octubre 2014

La amada que quiere ver el amanecer (por Pedro Saborido)


Otra genialidad de Pedro Saborido, ¡nunca defrauda! Esta historia romántica (?) se puede seguir en "El otro mapa de las noticias" en la web de Télam.

Buen fin de semana para tod@s

15 octubre 2014

Encontrar al príncipe azul

"El problema es que lo encuentres y que no te de bola."

¿Queres que te diga una cosa? El problema no es no encontrar a tu príncipe azul, nena. Porque la que busca encuentra. El problema es que lo encuentres y que no te de un cinco de bola, porque no le gustas o porque ya está con alguien o atrás de alguien, o que por algún motivo de mierda no puedan estar juntos. Ése es el problema de la mitad más uno de las mujeres en edad de merecer. Mirá, en una de ésas, con un poco de suerte, pasas al 3% de las minas que se lo enganchan y viven felices y comen perdices. El 97% restante, los miramos por la ventana.
Aldana meneó su melena castaña y sorbió despacito su café cortado. La conozco hace años, prácticamente desde que soy amiga de su hermano menor Lalo. Siempre me pareció una chica que sabía bien lo que quería de la vida y que no se iba a quedar sentada esperando que sucediera. No. Ella es de las que salen a la jungla urbana con su arco y sus flechas, dispuesta a conseguir las mejores piezas, cueste lo que cueste.
Se recibió de contadora, consiguió un excelente trabajo en un banco, se enamoró y se casó con el gerente del área, tuvo dos nenas hermosas y todo era color de rosa hasta que su marido, de un día para el otro, se fue del país sin decir nada. El motivo se supo un tiempo después: fue centro de una investigación por lavado de dinero. Pero extraña y curiosamente, su secretaria también se va del país. "Tengo que empezar una nueva vida, ¿entendés?" le dijo a su esposa en una conversación telefónica cuando al fin retomó el contacto. "Ok, no hay problema, hacelo. Pero ni se te ocurra volver para reclamarme nada o para sacarme a mis hijas, porque vas preso y por la jodita del banco te van a dar mínimo 10 años de condena. ¡Vos elegís!" 
Y cortó. Nunca más se volvió a saber de él. 
Las nenas, al tener un tío tan amoroso y atento como Lalo, no les faltó figura masculina en sus vidas y con el tiempo dejaron de extrañarlo. Con lo poco que quedó, porque como buen marido que huye le dejó un tendal de deudas, Aldana compró un departamento más grande para ella, sus hijas y su madre, e invirtió en un local muy coqueto en Belgrano, donde instaló junto a su madre y su hermano un salón de belleza súper moderno. Desde entonces, ella nunca más tuvo una pareja oficial. Se enamoró, desde luego, de un par de caballeros pero no se vio correspondida en la medida que ella deseaba. 
Porque para ella, en la vida, los negocios y el amor, era todo o nada.
En eso te doy la razón, Nani. –dije.

Miré por la ventana. Una parejita de adolescentes en uniforme de colegio cruzaba la calle, tomados de la mano.
La mente se me fue volando al encuentro del recuerdo de Alber, el despistado pero simpático amigote de mi ex, con quien yo había empezado un affaire que empezaba a ponerse serio.

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