03 octubre 2014

En el nombre del amor

 Amor es… exactamente lo contrario a lo que verás en este post. Por favor nunca hagas algo así!

Entiendo que cuando se está enamorado/a se hacen cosas locas, pero esto... señoras y señores, esto que ven aquí ya es el extremo del mal gusto. Si esto es el amor, ehmmm mejor déjenme así agnóstica que estoy fenómeno.
Esta y otras imágenes, sin desperdicio, pueden verlas aquí:
"15 Personas que hicieron que cupido se clavara la flecha en la frente"

Por favor, nunca se unan a estas huestes. En el nombre del amor.

Sean felices

···:···

29 septiembre 2014

El amor y el matrimonio según Nietzsche

Nietzsche decía que la idea del “matrimonio moderno” basado en el amor era una locura. 

En esta entrevista a mi estimadísimo y querido profe Daniel Molina (@RayoVirtual) está su visión sobre el amor, el matrimonio y también el derecho al "matrimonio igualitario". Visión de la que ya había hablado el viejo Nietzsche y que, para mi humilde entender, nunca estuvo mejor explicado. Porque todos creemos que indefectiblemente amor y matrimonio van juntos de la mano para toda la vida, saltando en un prado de flores. Pero no. ¿Por qué no? Por esto:
No me interesa la idea de amor, al menos la idea del amor apasionado, que ha sido central en los relatos amorosos de occidente desde el siglo XI o XII hasta mediados o fines del siglo XX. Nietzsche decía que la idea del “matrimonio moderno” basado en el amor era una locura porque el matrimonio es una institución, la constitución de una sociedad, y basar eso en el amor —que es un capricho, que es inestable y que, en el mejor de los casos, desaparece muy pronto si no se transforma en odio— es condenarse a la desdicha. Estoy completamente de acuerdo con Nietzsche. Eso no quiere decir que no haya afecto, ternura, deseo de compartir con el otro.
La entrevista completa se puede leer aquí:
“Los putos no se van a casar porque no son humanos” by @PePuebla 

Sean felices.

···  ···

19 septiembre 2014

Donde viven las infieles


Que las hay, las hay, sobre todo en los barrios más "top" de la Ciudad de Buenos Aires. Mi querido barrio San Cristóbal, barrio de medio pelo, ni figura. Se ve que, o el porcentaje es muy bajo o somos todas buenas minas.


:·:

16 septiembre 2014

Consultorio sentimental (I)

"Macbook love" by EternalxxSkies - DeviantArt.com
"Macbook love" by EternalxxSkies · Deviantart.com

Estimados y estimadas, me han llegado en todo este tiempo algunos mensajes por diferentes vías digitales pidiendo consejos sentimentales. No sé si soy una experta en la materia, verán que he fallado y aún así persisto, y para consejos está el Viejo Vizcacha. Pero como me gusta ayudar a la gente en lo que pueda, pues ahí vamos:

1) Anita, 51
Hace mucho que no salía con nadie y la semana pasada fui a cenar con un señor. Muy caballero, pasamos una linda velada, me llevó a casa en el auto y cuando paró en la puerta, hablamos un rato, me dijo que la pasó bien, que ojalá se repita pronto y se despidió con un beso ¿No es medio raro en una primera cita?
Querida Anita: Ese tipo era de otro planeta si se conformaba con unos besos después de una primera cita. La regla general es que vayan directamente al telo o una vueltita por Villa Cariño si es medio rata. No sé cuántos años tiene el quía pero cuando te toca un caballero así, nena, no lo dejés ir.

Siguiente...

2) Lara, 39
Salí con un flaco de 46 pirulos, te digo que parecía normal pero cuando llegamos al momento decisivo, yo saco un preservativo y se lo doy, el quía lo mira y me dice "che... sabés que no lo puedo usar", y le pregunto si era alérgico o qué, y me dice "no, desde que tuve el primer infarto, es como que no puedo usarlo...". Yo pensé que me estaba mandando fruta y me fui, pero después me quedé pensando, ¿che y si tenía razón? ¿Vos que opinás?
Querida Lara: Esto te lo digo con el aval científico de un cardiólogo con el que anduve hace unos meses: te mandó la re-fruta. No existe ninguna limitación de ese tipo después de un infarto o lo que sea, y lo bien que hiciste en irte al carajo y dejarlo con las ganas. Excusas pedorras, acá no. Hay que cuidarse, mi vida, eso ya lo sabés.

Otra...

3) Faby, 31
Hace unos meses que ando con un tipo más grande que yo, divorciado, por ahora todo bien pero me llama la atención que desde el viernes a la noche y hasta el domingo nunca tiene tiempo para mí. Dice que pasa tiempo con los hijos pero éstos ya son todos mayores de 18. Ni siquiera me atiende el teléfono o los mensajitos. Para mí hay gato encerrado, ¿vos qué decís?
Querida Faby: Mas que gato, tiene una manada de michos encanutada. Es la típica excusa del doble vida, porque los pibes grandes de hoy en día tienen su vida, sus amigos, sus actividades, se mueven solos, no esperan que papá los venga a buscar para llevarlos al teatro y a McDonalds. Me juego que anda en otra paralela o no está tan divorciado como él declara, y lo delata el hecho de apagar el celu y no contestar mensajes. Consejo: buscate uno que no te ande escatimando tiempo, y menos los fines de semana.

Y se va la última...

4) Isa, 44
Conocí un flaco de mi edad por Facebook, era super entretenido chateando, no es feo, pero cuando nos encontramos a tomar un café, ay por favor, ¡es un deprimente total! ¡se la pasó hablando de la ex y cada dos oraciones la remataba con un "fui un boludo". Te juro que tuve que inventar una excusa para irme porque no lo aguantaba más. Pero me sigue, me escribe, me manda mensajitos para volver a salir, ¡qué se yo! es buen pibe pero yo así no quiero saber nada. ¿Cómo me lo saco de encima lo más sutilmente posible?
Querida Isa: Me estoy imaginando la cara tuya, jajaja, esa clase de tipos lo mínimo que merecen es un sillazo por la cabeza. En serio. Hay tipos que no superan su pasado y por ende no están debidamente preparados para una nueva relación. Seguramente son buenas personas, ojo, pero andan ahí como almas en pena, lamentándose de su mala suerte, esperando que una los rescate de su situación... Un tipo con complejo de damisela no te sirve más que para tenerle lástima. Y eso de andar siendo Spiderman para rescatarlo todos los días, es lindo al principio, muy romántico, pero después te das cuenta que termina rompiendo las pelotas. Mi consejo: decile sin rodeos ni sutilezas que existen psicólogos y psicólogas que por un arancel semanal lo van a ayudar a superar sus conflictos, que no te use a vos como tacho para tirar su mierda mental. Y que cuando lo supere te vuelva a llamar, eso si es que no estás con otro chabón.

Ahora sí, espero que mis consejos les hayan sido útiles. Acuérdense de que ustedes son todas diosas hermosas y merecen todo lo mejor de la vida. Y que estar solas no es ninguna tragedia, al contrario, es signo de que se quieren lo suficiente como para no regalar su tiempo a cualquier pelagatos. Si se sienten solas, hay una solución infalible: si sos activa, enérgica y deportista adoptá un perro; en cambio si sos casera y tranqui, un gato. Me lo van a agradecer.

:·:

28 septiembre 2013

Historia de dos mujeres en un bar

'Glass, All In' by ~ShijinModan | Deviantart.com
Brindemos porque ahora estamos solas y disponibles para conocer a alguien interesante.
–Sabés, me enamoré de Luis en cuanto lo escuché hablar. –dijo ella, bajando la mirada, con una sonrisa en los labios de brillo rosado. –Tiene ese tono grave pero suave, de hablar pausado, típico de la gente del interior, ¿viste? Después, me compró esa sonrisa. Y eso que yo soy bastante escéptica con respecto a los tipos que una conoce en las redes sociales, eh.
–Ah sí. –dije yo, asintiendo con la cabeza. –Conozco del tema. Te encontrás con cada loquito...
–¡Sí! Ahí te das cuenta por qué están solos, porque ninguna mujer seria los aguanta.
En eso me llega un mensaje de texto de mi amiga, que todavía estaba en una entrevista con un cliente tratando de venderle y tenía para un rato. Le contesté que no se preocupe. El bar aún no estaba a full de gente y yo ya estaba entretenida hablando con mi eventual compañera de tragos y confesiones. Dijo llamarse Majo, pelo rubio bien cuidado, manos delicadas y su mirada triste me hizo ver que tenía el corazón roto y necesitaba hablar con alguien. Y yo, como soy una experta, me senté a su lado y empecé a conversar. No nos fue difícil congeniar, y al poco tiempo ya me estaba contando su pena de amor.
–¿Y hace mucho que lo conocías a este Luis?
–Humm... dos meses creo. Chateamos mucho desde entonces. Un día me dijo que cuando viniera a hacer trámites al microcentro, que le encantaría tomar un café conmigo. Y bueno, un día se dio. Al principio estaba re nerviosa, pero bueno, como te decía, al escucharle la voz fue como encontrarse con un oasis entre tanta estupidez. Fue un flechazo. Además me encantó que no fuera uno de esos pelotudos ultranarcisistas que se la pasan a ensaladita, agüita mineral, cremita antiarrugas y cinco horas diarias de gimnasio. Bah, digo, cuidarse un poco está bien, pero tampoco la pavada.
–¡Uf! Tuve un marido así de fifí. Vivía pendiente de su aspecto: que la panza, que la arruga, que la ropa, que el perfume. Con tanta preocupación por sí mismo no disfrutaba la vida, su familia. Por eso me divorcié. Bueno, y después de encontrarte con él, ¿que pasó?
–Siguió todo bien, hablamos mucho pero había algo que no me cerraba. Un día quedamos en salir a cenar y le dije, que tal si vamos a tu casa y te preparo algo. Y empezó con excusas de que no, y que no y no. Ahí me saltó la alarma y pensé, éste infeliz debe estar casado o algo por el estilo, y ... Y bueno, nada, me hice la boluda. ¡Mal hecho! Porque quería que él me lo dijera. Así fue que la siguiente vez que nos vimos lo encaré. Me contó que estaba en proceso de separación y que no lo condenara por eso. Me juró que me quería y que seguiríamos juntos cuando todo pasara. Y yo, ¡ay!, yo le creí... –Hizo una pausa y bebió otro sorbo de su Campari con una sonrisa. Pero era una sonrisa triste. –Pero hoy, hoy te juro que exploté. –continuó, ahora enérgica. –Hoy nos vimos otra vez y me trajo un regalo. Una cajita de chocolates en forma de corazón, una delicadeza. ¿Podés creer que nunca nadie se jugó con algo tan romántico? Fueron los cinco minutos más felices del día hasta que el pelotudo abrió la boca y la cagó.
–¿Eh? ¿Qué pasó? –dije yo, arqueando las cejas y dándole otro sorbo a mi daikiri.
–¿Sabés lo que me dijo el forro antes de irse? "Ay, por favor no vayas a subir fotos al Facebook, y ni se te ocurra etiquetarme o nombrarme, por favor". ¿Pero qué carajos? Ahí me saltó la térmica. "Ya entendí, es mentira que te estás divorciando, ¡vos todavía estás casado!" le grité en pleno Florida y Corrientes. Porque si hay algo que me molesta mucho, es que me tomen por boluda. Le dije furiosa ¡tomá!, –e hizo un movimiento enérgico con la mano, mirando al frente, rememorando el fatídico momento. – tomá tu regalo y metételo en el orto, no quiero nada de vos. Se lo estrellé en el pecho con tanta fuerza que al aplastarse la caja saltó crema de chocolate y cereza y no sé que más, que le mancharon la camisa. La gente se paraba o se daba vuelta a mirarnos. Estaba con tantas ganas de agarrarlo a carterazos, pero no pude, le pegué otro par de gritos y me fui corriendo. Me llamó varias veces y no lo atendí. Me escribió varios mensajes por todos lados pidiendo perdón por haberme fallado, por no haber dicho toda la verdad desde un principio, y que seguía queriéndome y bla bla bla. La típica. Lo bloqueé de todos lados. No quiero ni saber de él.
–Increíble, pero real. Vos sabés, que yo corté hace poco con un tipo así, con doble discurso. Me obligó con mentiras a borrar las fotos que yo había subido con él y hasta me prohibió etiquetarlo o mencionarlo. Un día me cansé, subí las fotos con etiqueta, mención y todo. Así fue que se le cayó la fachada: a causa de eso se le arruinó una relación de años con una chica por la que estaba loco de amor. Que se joda bien jodido. Porque a mí de ella me habló pestes, y él a ella le habló pestes de mí, para que nos odiáramos y nunca nos cruzáramos. Además, ¡no entiendo! si estás bien con alguien, no tenés por qué salir a picotear afuera, mintiendo y manipulando tan descaradamente. Eso no es de hombre, es de cobarde.
–¡Viste como son! Que bueno que vos me entendés.
Nos miramos y sonreímos. Yo alcé mi vaso y dije:
–Mujer, brindemos. Porque todos estos forros piratones se encuentren con minas jodidas como nosotras que les saquen la careta y los manden bien a la mierda. Y brindemos porque ahora estamos solas y disponibles para conocer a alguien interesante.
Chocamos los vasos, y entre risas nos bebimos con ganas lo que quedaba en ellos.
–Hola chicas. ¿Podemos sentarnos con ustedes? –dijo una voz masculina a mi costado. Eran dos flacos, mas o menos de nuestra edad, que se nos acercaron. No eran facheros, pero estaban prolijos y presentables. Miré a Majo y ella a su vez me miró a mí, sonriendo y arqueando una ceja. Ambas asentimos y contestamos que sí. Los muchachos tomaron lugar enseguida.
–¿Vienen seguido por acá? –dijo el otro flaco, mostrando una sonrisa cautivadora de dientes bien cuidados.
–No. Es la primera vez que venimos. –contesté yo, riendo y guiñando un ojo a mi compañera.
–Veo que ya pidieron algo, ¿les gustaría tomar otra cosa, así nos acompañan? –dijo el primero.
–Creo que me vendría bien otro Campari. –dijo ella. –¿Vos qué decís, Ale?
–A mí me vendría de maravilla otro daikiri.
Ambas nos reímos. Nos miramos con esa mirada cómplice de mujeres que saben lo amarga que es la derrota en en amor, pero sabiendo que la vida siempre te da consuelo (hasta una revancha, quizá) en el lugar y el momento menos esperado.


:·:

24 agosto 2013

Hablé con Jesús (VII)

'magic for me' by ~bruised--vein | Deviantart.com
¿Por qué siempre me enamoro del que no me ama?
–Me gusta Alexis. Mucho. Hace unos meses que lo conozco. Desde la primera cita me dejó alucinada, la voz, la forma de mirar, las cosas que me contaba. Y porque me gustaba tanto hice un par de cagadas, qué raro yo, ¿eh? Es que tuve esa sensación de que estaba todo bien pero... perooooo... ¡siempre hay un pero! 
–Sospechaste de algo. –preguntó Jesús, impasible como siempre.
–Sí. Sospeché que todavía está enganchado con la novia anterior. Me hizo bloquearla del Facebook diciendo que era una loca mentirosa y yo qué sé. Pero después tuve curiosidad y le espié el perfil y ¡fuá! ¡qué minón! ¡hasta yo le daría! 
Jesús rió suavemente y siguió anotando.
–Te digo, que exploté de los celos. Sí che, soy un poco celosa a veces, pero eso no le gustó ni medio, y reaccionó para el carajo. Durante un tiempo no me dio bola, me prohibió subir fotos de él y etiquetarlo. Yo me calenté y dejé de hablarle, en ese momento no tenía tiempo para preocuparme por sus rayes. Pero un día me habló. Y yo le hablé. Volvimos a vernos y bueno, pensé que a lo mejor las cosas se arreglaban. Sabés, me gusta porque tenemos buen sexo, hablamos de todo, nos reímos. Hasta me prepara el café más rico del mundo, tal como a mí me gusta. Pero... ¡pero! ¡pero no me da bola! O mejor dicho, no me da suficiente bola. Dice que no tiene tiempo para dedicarme, que por ahora no está buscando una relación seria porque quedó lastimado de los noviazgos anteriores. Eso, sabés, eso me dolió acá, más que el harponazo de Moby Dick. 
Jesús suspiró. Dejó su lapicera al borde del cuaderno y habló:
–Bueno al menos es franco: te dedica el tiempo libre que tiene para acostarse con vos, escaparle a la soledad, tener con quien hablar cuando él lo disponga, pero que no le rompan las bolas y mucho menos comprometerlo. Típica expresividad masculina cuando está todo bien con la mujer que te acostás pero no la querés para compañera. Una expresión de ésas, así como él te indicó, no tiene medición del "eco" psicológico o emotivo que te puede causar; simplemente no le importa tu opinión porque no le interesa.
–O sea... Entonces, que tengamos buen sexo y todo eso ¿no es ni por asomo una señal de q las cosas, digamos, "avancen" entre nosotros?
–No. Para nada. Un hombre puede pasarla fantásticamente con vos, dentro y fuera de la cama, disfrutarte, y no sentir nada. Los hombres no funcionamos de la misma forma que las mujeres, que comprometen más los sentimientos. Además, si él sigue enganchado con su novia anterior difícilmente la cambie por otra, aunque salga y se acueste con cientos de mujeres.
De repente sentí un relámpago de hielo y fuego al mismo tiempo recorriéndome la espina dorsal. Esa sensación de mierda...
–Yo sería una excelente compañera si me eligiera... –dije, y se me humedecieron los ojos.
–No lo dudo. Pero no podés vivir de ilusiones y mendigando atención, recogiendo las migas que caigan de su mesa. Sabe el poder que tiene sobre vos y lo está usando, consciente o inconscientemente, en su beneficio. Eso no es amor. De ninguna manera.
Me quedé en silencio unos segundos. Me encogí de hombros y dije:
–Tengo que cerrar esa puerta, supongo.
–O continuar viendo a Alexis, si tanto te gusta, pero jugando bajo sus reglas, aguantando su indiferencia y seguir hundiéndote en la desesperación. ¿Y sabés una cosa? Vos valés más que eso. Merecés mucho más que una dádiva de amor. Tenés que quererte más a vos misma como para no permitirte esto. Ya lo dice la frase "el hombre que realmente te merezca nunca te hará llorar".
Sonaron las tres campanadas. Firmé la planilla, me despedí de Jesús y salí a la calle.
Cuando llegué a la oficina, me encontré con que me había olvidado el celular en el escritorio, y Alexis me había dejado un mensaje. 
Me encerré en el baño y me puse a llorar como una tonta.
¿Por qué siempre me enamoro del que no me ama?


:·: