05 octubre 2012

Un año sin Steve

'Steve Jobs Memorial Wallpaper' by TheFlyestNerd | Deviantart.com
In Steve I believe

"[...] En ocasiones la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza. Pero no pierdas la fe. Estoy convencido que lo único que me permitió seguir fue que yo amaba lo que hacía. Tienen que encontrar eso que aman. Y eso es tan válido para su trabajo como para sus amores. Su trabajo va a llenar gran parte de sus vidas y la única manera de sentirse realmente satisfecho es hacer aquello que creen es un gran trabajo. Y la única forma de hacer un gran trabajo es amando lo que hacen. Si todavía no lo han encontrado, sigan buscando. No se detengan. Al igual que con los asuntos del corazón, sabrán cuando lo encuentren. Y al igual que cualquier relación importante, mejora con el paso de los años. Así que sigan buscando hasta que lo encuentren. No se detengan. [...]
Recordar que van a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienen algo que perder. Ya están desnudos. No hay ninguna razón para no seguir a su corazón. [...]"


Steve Jobs fue un hombre que cambió su vida y las de todo el mundo. Y mi vida cambió luego de leer este discurso. Créanme que estas líneas hicieron de mí una nueva persona, cambiaron dentro mío mucho más que todos los libros de autoayuda y todas las palabras de los guías espirituales que puedan existir en el universo.

Por Steve me convencí que tenía que creer en el amor, que tenía que existir alguien para mí y no podía quedarme toda la vida sentada a que me llegara; tenía que salir a buscarlo hasta encontrarlo, tenía que seguir al corazón aunque ya estaba todo roto. Y sigo buscando. No me detengo.

Gracias, Steve



01 octubre 2012

Odiosas repeticiones

Predictions... by bittersweetvenom | DeviantArt.com

–Y vos, ¿por qué te separaste?
Yo sabía. Sabía que el candidato con el que estaba sentada aquella tarde en ese lindo bar notable de Monserrat me iba a preguntar eso.
Odio esa pregunta. Pero es inevitable. Infalible. Como la tormenta de Santa Rosa, que siempre llega en la misma época, días más días menos, pero nunca falla.
Decir la verdad del "por qué me separé" es tarea complicada. Primero, porque no se pueden resumir años de buenos y malos momentos, broncas, sospechas, angustias, venganzas, juicios, en pocas palabras. Siempre te terminás yendo por las ramas, te detenés a contar detalles estúpidos y ventilar intimidades, tales como que dejaba la toalla mojada en vez de colgarla en el tendedero, o que era tan miserable que nunca le dejaba los dos pesos de propina al chico que traía la pizza...
Sea como sea, en mi caso, relatar por qué me separé siempre me resultó incómodo. Más que nada porque en mi caso particular los hechos reales trascienden la verosimilitud. La historia de mi separación fue demasiado novelesca. Mis amigos más cercanos son los únicos que conocen toda la verdad y me han visto de cerca pasar esa odisea, todavía no lo pueden creer. Muchas veces me quedé con la duda, quién carajo estaba escribiendo el libreto de mi vida. Porque era un veloz pase de comedia a drama, de drama a acción, de acción a romance, de romance a espionaje, de espionaje a comedia otra vez. Así todo el tiempo, sin descansos o retoques de maquillaje.
Por otro lado, cuando contás tu biografía nunca podés ser objetiva. ¡Nunca! No podés quedar como una tarada, una cornuda o una flor de bruja delante del candidato. A ver si lo espantás. No, hay que ser piadosa también con una misma, sobre todo si te interesa tener otra cita con ese bombón. Ahora, si el pibe no te gusta ni mirándolo con cariño, y más vale que le vas a echar Raid de una forma elegante así no te da más bola. Hay que ser una dama incluso en las situaciones más difíciles.

–Es largo de contar. –digo yo.
–Dale, contame. –insiste él.
Pienso brevemente y contesto:
–Bueno, nada. Resumiendo, él se aburrió de mí y yo de él. Se desgastó la pareja. Así de simple.
El candidato asiente, comprensivamente. Yo sonrío con alivio.
Entonces, llega esa otra pregunta chota:
–¿Y no saliste con nadie más desde entonces?
Oh, shit. ¿Le cuento la verdad y quedo como una trola, o me hago la boluda y quedo como mojigata? ¡Será posible!

Te digo, ¿sabés que es lo peor de todo esto? Que si no vuelvo a ver a este tipo, voy a tener que repetir esta escena otra vez. Y otra, y otra más. Puf, me joden tanto pero tanto estas odiosas repeticiones. En cada cita debería llevar el MP3 con la respuesta ya grabada. Saludo, me siento, pongo Play y listo.

De esta forma me podría por fin tomar el café calentito y disfrutar de las masitas sin culpa.

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12 septiembre 2012

Caminos diferentes

Bride by Grinch7 | Deviantart
"Es la hora" dijo la novia, "ya no hay vuelta atrás".

El gran día de la boda llegó. El departamento de Alejandra era un loquero desde temprano. Madre, suegra, hija, amigas, maquilladora y por supuesto Lalo, su mejor amigo y estilista estrella, dando los últimos toques al peinado.
–Algo nuevo, algo usado, algo azul, algo prestado. –dijo doña Martina, la futura suegra.
–Algo nuevo, el vestido. –dijo Nina, su mejor amiga y madrina.
–Algo usado, el velo de mi mamá. –dijo Carmen, la mamá.
–Algo azul, los aros. –dijo Miriam, la amiga.
–Algo prestado, los guantes. –dijo Deborah, la hermana de Lalo.
–¡No falta nada! –exclamó Lalo alegremente.
Alejandra se miró al espejo por última vez y se vio perfecta. Sintió de pronto una sensación de vértigo. Mientras se preparaban para salir, Miriam y Lalo competían para ver quién dirigía la salida. En la vereda se había reunido una considerable cantidad de vecinos, curiosos, cholulos y fotógrafos para registrar la salida de la espectacular novia, que saludó a todos y recibió toda clase de elogios, felicitaciones, buenos augurios. Subió al Ford T junto a las damitas de honor, y partieron.
En el lugar donde se celebraría la ceremonia ya estaban Jorge y su familia, pues sus dos hijas gemelas encabezarían el cortejo. Las niñas ensayaron con Deborah una vez más la entrada todas juntas, mientras los invitados iban llegando y se ubicaban en sus lugares.
Sin querer, Jorge apoyó la mano sobre el arreglo floral, y se manchó la palma con el viscoso pólen de los lirios. Fue al toilette a lavarse, y al pasar por el pasillo hacia el jardín vio en el gran salón a la novia que esperaba el momento de hacer su entrada. Hablaba algo nerviosa con Nina y ésta la tranquilizaba; luego salió por la otra puerta y la dejó sola.
Jorge carraspeó suavemente y entró.
–Georgie... –susurró ella con alegría.
Se miraron emocionados y algo tímidos, como se habían mirado por primera vez hace siete años atrás, en esa fiesta donde Lalo los presentó.
–Me hacés acordar a Marilyn, en esa escena que se le levanta el vestido...
–Pajero. –le dijo ella con una mueca, riendo.
–Estás hermosa. En serio. 
Se paró frente a la novia y la tomó suavemente por la cintura. Ella lo miró con ternura y le acarició suavemente el mentón. Fue un instante apenas, pero pareció durar la eternidad que duran esos momentos de infinita felicidad.
–Ale... quisiera poder detener el tiempo acá, ahora mismo. Para que no te cases, para que no te vayas de Buenos Aires, para que no me dejes y...
–Shhh, basta... –lo interrumpió ella, colocando su dedo en los labios de él con suavidad. –Me vas a hacer llorar.
–Perdoname. –dijo Jorge, con los ojos húmedos. Suspiró y sentenció: –Sabés que te quiero. Siempre te quise.
La novia asintió con una leve sonrisa. Se acercó para darle un suave beso en la mejilla.
–Yo también te quiero. Pero ambos sabíamos que teníamos que seguir caminos diferentes para ser felices. Te tocó a vos elegir hace cinco años, ahora me toca a mí. Amo a Alber, de verdad lo amo. Voy a casarme con él y nada va a cambiar eso.
Se hizo otro breve silencio. Ella tuvo de nuevo esa sensación de vértigo, inhaló y exhaló despacio.
–Es un buen hombre, sé que te va a querer y cuidar mejor que nadie. –susurró Jorge. Ella asintió con una sonrisa.
Se escuchó a Deborah y su hermano dar las órdenes para comenzar la ceremonia.
–Es la hora. –dijo Alejandra, suspirando con fuerza y levantando el mentón. –No hay vuelta atrás.
Jorge sonrió con tristeza. Se despidió de ella besándole la mano y se alejó rápidamente.
Volvió a su asiento, donde su esposa esperaba con su hijo menor en brazos.
–Acabo de cruzarme con la novia. –dijo éste.
–¿Y cómo está? –preguntó Zara.
–Nerviosa, pero decidida.
–¿Le agarró la duda justo ahora?
–Vos te reís, pero no es fácil caminar al altar por segunda vez después de los treinta y pico, y lo digo por experiencia propia. –dijo, con una mueca de ironía. Ella rió y lo besó en los labios; "Te amo" murmuró al oído.
Se hizo silencio. La música comenzó a sonar y todos se pusieron de pie.
Las pequeñas damitas de honor hicieron su entrada en perfecta coordinación, y detrás caminaba la novia sola, sin su padre, tal como ella lo pidió.

Sola, orgullosa y enhiesta, avanzaba despacio como una verdadera reina a encontrarse con su destino.


Esta historia continua en: Positivo (2013)

03 septiembre 2012

El más hermoso

I wish i could fly... by ~patrycha | Deviantart.com


Te busqué y me encontraste,
se enamoró mi alma soñadora
de tus palabras y el claro cielo
atrapado en esos ojos tristes.
Inalcanzable.

Hubiese sido maravilloso
que supieras lo que sentía al verte.
Pero tenía que conformarme
con estar siempre del otro lado.
Lejos.

Y sin embargo prefiero
que en la distancia seas el más hermoso
y así te ame yo por siempre.

Porque conmigo aquí
perderías toda la divinidad que te he dado,
convirtiéndote en uno más.

No. Mi destino es soñarte, amarte siempre 
así... Lejos. Inalcanzable.


Buenos Aires, 30 de junio de 2012

Y la dedicatoria, prefiero mantenerla anónima, pero quien la lea sabrá que hablo de él... :)



30 agosto 2012

Ni siquiera tu ausencia

Room without you by aleare | Deviantart.com
"Espero que estés disfrutando de mi ausencia tanto como yo de la tuya..."

Hoy me desperté más temprano que lo usual. El sol salía perezozamente detrás del río. Levanté las persianas para que los primeros rayos iluminaran la sala. Miré a todos esos lugares que te pertenecieron cuando estabas aquí. La silla en la que solías sentarte a trabajar. La mesa, donde desparramabas tu cuaderno y otros papeles de trabajo, tu birome, tu notebook. El sillón donde nos sentábamos a desayunar. La ventana del balcón donde nos quedábamos mirando pasar la tarde. La cama, que teníamos que compartir con el gato porque le daba celos que ocuparas "su" lugar a mi lado. La cocina, donde descorchabas nuestro vino favorito y compartíamos la primera copa mientras yo cocinaba. La bañera, y la canilla que siempre dejabas goteando. El perchero, donde colgabas tu campera y tu sweater, uno arriba del otro y en ese orden siempre. La mesita al lado del sillón donde dejabas tu mochila y tu cámara de fotos.

Pero el lugar en donde más dolió tu ausencia fue en la repisa de las fotos familiares. Allí te habíamos preparado un lugar especial, y un bonito portarretratos con tu foto. Porque eras parte de nuestra pequeña familia, rey de nuestro pequeño reino. Fue esa madrugada de jueves, cuando descubrí que me mentías, que ese portarretratos se estrelló con toda la furia contra el duro marco de metal de la puerta de la cocina. Así roto quedó en un costado, esperando que sólo se tratara de un malentendido y que las cosas volvieran a ser como antes. Pero eso no sucedió.

Anoche, bajo la luna llena, eché al fuego tu fotografía. Mientras el papel ardía y las cenizas volaban hacia el infinito, me bebí una copa de nuestro vino favorito. Pensé, todo sucedió así tan rápido y no hemos tenido ni siquiera una palabra de despedida. Pero es mejor así. Están viniendo mejores tiempos para mí y tenía que liberarme de esa carga negativa para poder vivirlos a pleno. Se sabe, que ir por la vida con mucho peso en la espalda sólo nos hará tambalear a mitad del camino, haciendo que nunca lleguemos a nuestro destino. Vivir es caminar siempre hacia adelante, con la frente en alto y la menor carga posible en las espaldas. Vivir es un desafío constante a la fuerza interior y la imaginación.

En eso sí somos diferentes: dónde vos veías problemas, yo veía desafíos. Olvidarte es ahora un desafío y una oportunidad de demostrar de lo que soy capaz.

Porque a mí nada me detiene. Ni siquiera tu ausencia.

A Michael Prochnow, mi hermoso (Obertshausen, Germany)
:·:

25 agosto 2012

Secretos

To Love, by ~aroonkalandy | Deviantart.com –Quiero saber quién soy, George.
Miré al horizonte, hacia los árboles de reserva. Unos horneros cantaban a lo lejos. Unas palomas y gorriones se acercaron a comer las migas de nuestro ligero almuerzo. Hacía mucho frío para ser primavera, mi vaso de café todavía humeaba.
–¿Tu mamá se niega a contarte algo?¿Una pista, aunque sea? –dijo él.
–Carmen no quiere decirme nada de nada. Aunque es mi mamá, me pone de los pelos cuando se pone en cabezadura. No es que yo reniegue de ellos, ¡son mis papás y los adoro! Pero... yo quiero saber. Tengo que saber. ¿Por qué fui a parar con ellos? ¿Acaso mis verdaderos padres me abandonaron? ¿Se murieron? ¿Me robaron? ¿O era una hija no deseada, un estorbo, una vergüenza?
Jorge me miraba, con un atisbo de preocupación. Estoy segura que sentía tanta curiosidad como yo, pero él era un hombre práctico y a veces simplificaba demasiado.
–Y que pasaría si descubrís la verdad y no te gusta... –murmuró. –Podría afectarte por el resto de tu vida y tendrías que vivir con eso hasta que te mueras. Hay secretos que mejor dejarlos ahí, enterrados en la oscuridad. La ignorancia es, a veces, un gran beneficio.
Yo resoplé y arremetí:
–Si tu abuela no te hubiese contado nunca que tu papá tuvo otra hija con otra mujer, ¿hubieras sido feliz igual?
–¡Por supuesto! Hubiese vivido mi vida ignorante, pero feliz. Esa revelación cambió por completo el concepto que yo tenía de él: fiel, esposo devoto y enamorado de su mujer. Todo un santo. Después de eso ya no fue lo mismo. De semidiós se fue al descenso, cayó a la categoría de simple mortal metepatas. No fue fácil asimilarlo. Todavía hoy me cuesta. Pero mi hermana, está feliz, y su felicidad mitigó mucho de ese odio. Ella había deseado toda su vida saber sobre su papá. Su mamá le ocultó la verdad  durante trece años, y cuando murió, mi abuela se hizo cargo de ella y finalmente le dijo todo. Era todavía una nena en ese entonces, no sé, ahora tal vez hubiese reaccionado de otra forma.
–Sin embargo, los dos están felices. Sin rencores, sin reproches. Ninguno tuvo la culpa de que las cosas sucedieran así. Además, ambos querían tener hermanos.
–Sí, eso sí. No de esa forma pero, ¡es lo que hay! y lo aceptamos así.
Miró el también hacia el horizonte. Sorbió despacio su café y esbozó una sonrisa. Me abrazó por la cintura y dijo:
–¿Qué vas a hacer, entonces?
–Según los pocos datos que pude pescar, mi papá vive. Se llama José Alberto o José Antonio, algo así. No sé qué hace exactamente, pero sé que vive en la provincia de Buenos Aires, en Tandil o Azul, en uno de esos monasterios o retiros espirituales de curas.
De pronto Jorge exclamó riendo: –¡Che! ¿Y si era cura?
Me encogí de hombros y también me reí.
–Cura, estafador, ciruja, millonario o santo varón, me da igual. Tengo que encontrarlo. Y cuando dé con él, daré también con mi mamá.
–¿Estás decidida?
Me quedé en silencio otra vez. Unos zancudos pasaron volando a los gritos sobre nuestras cabezas y se perdieron a lo lejos.
–Totalmente. –dije.
Sonrió y me abrazó, con fuerza. Le acaricié suavemente el rostro pálido con los dedos. Éramos buenos compañeros cuando nos uníamos en alguna causa. Supe entonces que él me seguiría hasta el fin del mundo sin siquiera tener que pedírselo.

Camino a casa, empezamos a planear el viaje que haríamos ese mismo fin de semana.


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