14 enero 2012

Tan poco hombre

Drag Queen Model Face by ~Drag-mikahdowelli | Deviantart »

¿A dónde fuiste, eh? –dijo Jorge ni bien su esposa entró en la casa, con su hijo menor en el cochecito.
Hola, amor. Fuimos a pasear. –contestó ella, distraída.
Te fuiste a encontrar con un tipo. –retrucó él sin rodeos. –Y no digas que no, porque te vi.
Zara levantó la vista y lo miró, ceñuda.
–¿Qué? ¿Me viste? ¿Me estuviste espiando?
–Te seguí. –dijo, cruzándose de brazos. –Ahora quiero saber la verdad.
Zara dejó el bolso en la silla y sacó al pequeño del cochecito.
–Ok, mi amor, ¿querés que te cuente la verdad? Ningún problema. Pero no es lo que te estás imaginando.
Jorge esperó respuesta, impaciente, sin sacarle la vista a su mujer. No la veía nerviosa. Tenía esa misma sonrisa giocondesca que esbozaba cuando reprendía a alguno de sus hijos después de una travesura.
Puso al pequeño en su sillita alta, se sentó junto a él y le dio de comer un yogur que sacó de la heladera. Jorge no aguantaba más tanta parsimonia y explotó:
–¿Quien carajo es ese tipo con el que te encontrás todos los jueves? ¡Algún chongo del pasado, seguro! ¡Alguno que andaba en cosas raras y terminó en esa silla de ruedas! ¿Qué onda?
–Bajá un cambio, te digo que nada de lo que te imagi...
–¡Decime! ¿Acaso soy tan poco hombre para vos que tenés que andar buscándote otro macho? ¿Para qué? ¿Para que te escuche, para que te comprenda? ¿Yo estoy de adorno?
Zara lo miró seriamente. La sonrisa se le había ido de la cara. Resopló y contestó:
–Es muy feo lo que me estás diciendo. Muy feo. –luego, recobrando la serenidad, suspiró y continuó: –Vos te acordás, ¿no? cuando nos conocimos, yo vivía en Avellaneda, en el segundo piso de ese depósito viejo que a vos no te gustaba ni mierda.
–Y en un barrio con gente de dudosa reputación. –acotó él.
–Sí, lamentablemente sí. Pero era lo que yo podía pagar, y tuve la suerte de tener dos amores de vecinas que me querían mucho...
De pronto, Jorge sintió un nudo en la garganta seguido de un súbito ardor en el estómago.
Su mente se trasladó, hace seis años atrás, a aquel barrio pobre en Piñeyro, a aquel edificio cochambroso y descascarado. Y las dos vecinitas que su esposa mencionaba, Sole y Luly, siempre alegres y risueñas, con las uñas prolijamente pintadas, los ojos bien delineados, el pelo largo y cuidado, las que cuando lo veían venir a visitar a su novia lo saludaban efusivamente con dos besos, uno en cada mejilla...
Una milésima de segundo le alcanzó para darse cuenta por qué le parecían tan remotamente familiares las facciones y gestos de aquel hombre en silla de ruedas a quien su esposa visitaba todos los jueves sin decir nada, y a quienes él había espiado sigilosamente, sintiendo una punzada de celos como una espina en el corazón.
–¡¿Sole...?! –alcanzó a decir, estupefacto, temblando de vergüenza.
Su esposa asintió.
–Pero... pero... Sole, era travesti y, ehm... ¿qué le pasó? –balbuceó él, tomando asiento, abatido y avergonzado enormemente por haber juzgado a priori la situación.
–Ay, pobre Sole, ¿te acordás lo linda que estaba en nuestra fiesta de casamiento? El año pasado tuvo un accidente... Un grupito de pendejos nenes de mamá, fachosos y pasados de frula, la levantaron ahí en Palermo, donde ella laburaba. Le hicieron el cuento de que querían debutar pero en cuanto vieron que no había nadie cerca, la entraron a cagar a palos, meta trompadas y patadas en el suelo, hasta un botellazo le metieron y le hiceron varios cortes feos en la cara. Vieron que se les venía al humo un patrullero, se cagaron en los pantalones los muy cobardes, con tanta saña que al rajar la atropellaron. Fue a parar al hospital, pero sus parientes no quisieron hacerse cargo, justamente porque era travesti, "una vergüenza para la familia". ¡Mojigatos de mierda! Luly y otros amigos la cuidaron mientras tanto, porque no tenía a nadie más. Yo me enteré tarde, no me querían decir nada porque estaba en los últimos meses de embarazo, pero después que nació Alito, Luly me contó todo. Mirá lo mal que quedó pobre Sole que se cortó el pelo, dejó de depilarse y arreglarse, volvió a su estado original como quien dice. Volvió a ser Oscar Rimboldi. Por miedo. Pero ahora por suerte está superando bastante bien la fobia, ya ves, sale a pasear a la calle, antes no se asomaba ni al patio del hospital. Entró en rehabilitación por las piernas, tal vez tenga que usar muletas toda la vida, pero está mucho mejor la pobre. El pobre, la pobre... bah, ya no sé cómo decir.
Se quedaron en silencio unos instantes. No se oía otro ruido más que el de la cuchara raspando el fondo del pote. Zara le hizo unas gracias a su hijo, cuyos cachetes empezaban a ponerse colorados, y luego dijo a su esposo:
–Bueno, así están las cosas, ¿estás mejor ahora, que sabés la verdad?
Jorge no levantó la vista. No se animaba. Estaba pálido. Su hijo pequeño lo miraba sonriente mientras mamá le limpiaba la boca con una servilleta de papel.
–Por desconfiado te juro que te mandaría de un voleo en el orto a la casa de tu vieja. Pero como soy tan buena esposa y te amo a pesar de tus planteos de mierda, voy a dejar que vos le cambies el pañal a Alito. Puf, por el olor parece que está bien cargadito... Suerte.
La ironía de su esposa no disminuyó su arrepentimiento, al contrario. Dócil y obediente, se llevó a su hijo a la habitación para proceder.
–Es más, este domingo lo vamos a ir a visitar todos. Para que no te queden dudas. –le dijo Zara yendo hacia la cocina.
–Lo que vos digas, mi amor. –contestó él.
Ella rió triunfante, mientras se disponía a lavar algunos platos y tazas que habían quedado en la mesada. Gracias a la culpa disfrutaría por unos días de un marido sumiso y complaciente. Pero eso no era suficiente para compensar la trastada: algo tenía que pedirle a cambio. ¿Un perfume? ¿Ropa? ¿Una salida al teatro? Ya lo pensaría mejor.

:·:

13 enero 2012

03 enero 2012

Demasiado viejos, demasiado jóvenes

Lover's Lane by ~jesidangerously | Deviantart.com »

Lover's Lane by ~jesidangerously | Deviantart.com »

[...] Esa noche Miriam llegó a la casa de su amigo más temprano que lo acostumbrado. Entró sigilosamente, se sacó los tacos para no hacer ruido y se asomó a la habitación de huéspedes, donde sus cuatro hijos dormían plácidamente. Los observó durante unos segundos, y luego se asomó a la habitación de Jorge, que estaba acostado y mirando una película.
Se miraron y se saludaron con una sonrisa. Él vio la expresión apagada de Miriam, y la invitó a tomar asiento en la cama junto a él. Hablaron un poco de los chicos, y cuando Jorge le preguntó cómo fue la cita, ella se desahogó:
–… por teléfono parecía un tipo copado, pero al final era uno de esos pajeros que sale con varias minas a ver con cuál se queda. Cero compromiso, la vida es pura joda. ¡Por Dios! ¿Por qué es tan complicado encontrar un tipo decente después de los treinta y cinco? No te digo un Brad Pitt, pero que se yo, uno que mas o menos tenga todo en su lugar y además use la cabeza. Los que quedan están hechos mierda, o tienen mil quilombos en la cabeza, o todavía tienen problemas para dejar los pañales. Los pocos que mas o menos están para tirarles los galgos histeriquean hasta el cansancio y al final se van atrás de las trolas de veinte.
–Gracias por la parte que me toca, eh.
–No lo digo por vos, pavo. ¡Qué se yo! Está bien joder y divertirse mientras se pueda, pero la joda no puede durar toda la vida. Mírame nene, voy a cumplir cuarenta pirulos dentro de poco. ¡Ya no puedo hacerme la pendeja! Quiero volver a estar bien con alguien, tener una pareja y…
–respiró hondo y ahogó suavemente un sollozo.
–¿Extrañás a Toto, no? –susurró Jorge con tristeza.
Miriam se secó las lágrimas y respondió:
–Veintidós años juntos, no es tan fácil de olvidar. No sé cómo hace él pero a mí me está costando mucho.
Lo miró a los ojos, vio que las pastillas para dormir le estaban haciendo efecto. Le rodeó la cintura con el brazo y le dijo entre lágrimas:
–Hasta cuándo te van a tener dopado… Me parte el alma verte así.
–Ya se va a pasar. No hay mal que dure cien años.
–dijo él, con los ojos cerrados, arrastrando levemente las palabras.
Hicieron una larga pausa, mientras miraban la televisión. Miriam seguía sintiendo el pecho oprimido.
–¿Me das un poquito de eso para dormir? –le dijo de pronto.
Jorge señaló una caja en la mesa de luz. Ella la tomó, sacó una tableta, la dividió en cuatro y se tomó un cuarto. Se acostó junto a él, rememoraron viejos tiempos y ella, acariciándole el pelo, le dijo:
–Nene… ¿vos decís que todavía soy linda? ¿que todavía estoy buena?
Jorge se quedó perplejo, durante unos segundos, pero contestó con total calma y sinceridad:
–Ay, Miriam… Te voy a decir lo mismo que te dije allá en Pinamar hace más de veinticinco años… Sos linda mina, inteligente, organizada, buena madre, excelente persona. Aunque ahora estás demasiado flaca y… ese corte de pelo no me gusta.
–Já, qué sabés vos de cortes de pelo, boludón.
–le dijo riendo. Se acurrucó junto a él y continuó: –Che, te acordás, cuántas veces nos habremos quedado dormidos así, de chicos, viajando en el asiento de atrás del auto de papá. Te tengo que confesar que a mí eso me gustaba demasiado. –hizo otra pausa, y luego exclamó entre risas: –Que cagada, ¿no? Ahora que otra vez estamos los dos solos, en la misma cama, libres y sin impedimentos, ¡ya estamos demasiado viejos y empastillados para cojer!
–Vida de mierda… –respondió él, y le dio un ataque de risa. Ambos rieron juntos durante un buen rato. Cuando Miriam se calmó, se dio cuenta que Jorge se había quedado profundamente dormido, todavía con una leve sonrisa en los labios.
Lo miró detenidamente. Ya no era ni el niño tímido ni el hombre alegre que ella había conocido años atrás. Era ahora un hombre agobiado por la tristeza, marcado por el dolor de haber perdido a su amada esposa en aquel estúpido accidente. Las arrugas alrededor de los ojos ganaban terreno. Los años los habían cambiado a los dos. Le acarició el mentón y lo besó delicadamente en los labios.
“Te quiero demasiado…” pensó con una mezcla de tristeza y alivio. Lo iba a querer siempre como el amigo-hermano que había sido y sería toda la vida. Suspiró y en pocos minutos se quedó dormida ella también.

A la mañana siguiente, Tincho y Manu, los hijos mayores de Miriam, observaban la escena desde la puerta: su mamá dormida en la cama de su tío, roncando con la boca abierta y la ropa puesta, y su tío, en un extremo hecho un ovillo.
–¿Vos pensás que…? –dijo Tincho mirando a su hermano mayor.
–¿Mami y el tío Jorge? Nah, imposible.
Se acercó un poco más y vió la pastilla dividida en la mesa de luz. Adivinó que ella también había tomado, y suspiró aliviado, pues por un segundo había dudado. Ambos hermanos sacudieron el brazo y la pierna de su mamá para despertarla. Ella gruñó, abrió los ojos pesadamente. Se incorporó despacio y vio a sus hijos. Le dio un ataque de vergüenza y balbuceó nerviosa:
–Chicos… ay, que boluda… No hice nada raro, ¿eh? Me quedé dormida acá, nada más.
–Sí, má, ya nos dimos cuenta.
–contestó Manu, con tono tranquilizador. –Te tomaste una de esas pastillas que toma el tío para dormir y quedaste frita.
–Ay, sí… Esperaba irme para el sillón cuando sintiera el efecto pero no llegué… Nos empezamos a cagar de risa y quedé palmada como si me hubiera caido un piano en la cabeza. Uf, necesito un café tamaño cacerola y una aspirina...

Se levantó, con movimientos de autómata, y mascullando unas cuantas maldiciones se fue directo al baño. Los dos adolescentes salieron de la habitación atrás de ella y se fueron hacia a la cocina para preparar el desayuno. De pronto, ambos se miraron y se empezaron a reír, ahogando las carcajadas para no despertar a los que todavía dormían.
[...]

:·:

27 diciembre 2011

Hablé con Jesús (II)

'Eat' by poezja | Deviantart.com »
–Ay Jesús, –dije yo, con las manos cruzadas en el regazo. –es terrible el sacrificio que tengo que hacer. La verdad que me agota. A veces pienso, no vale la pena, total a quien le importa. La gente siempre habla mal al fin y al cabo, hagas lo que hagas. Pero a veces digo no, no tengo que abandonar, tengo que seguir, levantarme una y mil veces, no parar... No sé cómo explicarte. Y aunque supiera, no me entenderías. ¡Ah!, los hombres no saben nada de eso.
–A los hombres también les pasa. –me dice, impasible.
–Pero a cuántos...
–Muchos más de los que te imaginás.
–Los que andan en la nueva onda metrosexual, ¿no? Porque un hombre a dieta ya queda medio rarito, ¿viste? En cambio para las mujeres es un estado permanente. La dieta es un apostolado. Las únicas que se pueden dar el lujo de rebelarse contra el sistema son esas hiperflacas que comen todo lo que quieren porque nunca engordan ni un puto gramo. ¡Que envidia!
–Te aterra el juicio del otro.

–¿Qué cosa?
–Le das demasiado valor al juicio de los demás.
–La gente, para criticar es rápida y siempre tiene mucho para decir, ¡es deporte nacional! ¿Por qué me juzgan todo el tiempo?
–¿Debería importarte?
–Si no mantengo el peso no entro en mi ropa, si no entro en mi ropa andaría en bolas por la vida, porque no estoy en condiciones de comprarme un guardarropas entero que se adapte a mis medidas. Esa es la pura verdad. La imagen es una cuestión de peso, y sino decime cuántos tipos se fijarían en una gorda antes que en una flaca. ¡Mentira eso de que prefieren un rollo a un hueso! Es un cuento para quedar bien. Te digo, tarde o temprano te empiezan a laburar la cabeza “hacelo por tu salud mi vida, te vas a sentir mejor con vos misma”, blah blah blah, y cuando te diste cuenta, estás en un gimnasio sudando
como pelotuda, a los saltos, levantando fierros, corriendo en la cinta como el hámster que corre en la ruedita eternamente para alcanzar lo inalcanzable. Y cuando llegás a bajar unos cuantos kilos, ahí llega la verdadera tortura: la de morirte por comer eso que te gusta y no poder hacerlo más de una vez a la semana. Yo digo, carajo, los científicos inventan cada gilada, ¿y no pueden inventar algo rico, nutritivo, que no engorde y no te cueste un fangote de guita?
Jesús sonrió, pero no acotó más nada. Anotó algo en su cuaderno y en eso sonaron tres campanadas a lo lejos.
La sesión con Jesús, mi psicólogo, había terminado por hoy.

:·:


Post relacionado: Hablé con Jesús (I)

18 diciembre 2011

Ni siquiera el amor

'in bed' by ~folkartlullaby | Deviantart.com »


–Decime la verdad, estás casado, ¿no?
Tiré la pregunta en mi tono más suave, sin reproches. Después de todo, tuve la sospecha pero la pasé de largo. Qué se yo, siempre dicen que soy muy desconfiada, que la gente no es tan mala como yo pienso, que tengo que tener la mente más abierta. Tuve una ligera sensación la segunda vez que salimos, porque vino a casa pero estuvimos sólo un par de horas juntos. Vino, fichó y salió corriendo porque tenía que cenar con sus hijos. Ok, me gusta que los hombres sean responsables y estén siempre en contacto con los chicos, me encanta que sean así. Pero después me entró la duda, tres pibes de 18, 21 y 24 años tienen mejores cosas que hacer un sábado a la noche que ir a cenar con papá, ¿no? Digo, tienen amigos, novias, etc. Lo dejé pasar porque a lo mejor los tiempos cambiaron, a lo mejor es lo que los adolescentes acostumbran hacer ahora. En la semana pasó lo mismo, si no estaba ocupado con los hijos estaba cansado porque salió tarde de la oficina. Lo de la oficina lo entiendo porque me pasa lo mismo, pero los pibes ¿no son grandes para cuidarse solos? Además, ¿no se suponía que vivían con la madre? Ok, no iba a discutir eso, lo dejé pasar. La tercera vez, la excusa fue que no quería dejar el auto en la calle. Pero metélo en un estacionamiento le dije, acá a la vuelta hay uno que está abierto las 24 hs. y me dice que no, que por una noche le salía muy caro. La cuarta, o sea hoy, me tuvo todo el día de ayer insistiendo, dale voy para allá, cenamos juntos, quiero verte, te extraño, blah blah. Ahí le tiré la primera pregunta capciosa: ¿por qué no me invitás vos a tu casa? Naah mi casa es un desastre, no te va a gustar. Pero, ¿desastre en que sentido? ¿onda Kosovo? Sí, sí, algo así, y enseguida me cambió de tema. Ahí empezó la lucha interna del bien y el mal: ¿no me estará mintiendo? ¿no será este otro casado aburrido más? ¡Puta madre! ¡Qué puntería que tengo! No, en realidad no tengo nada personal contra los casados, somos todos grandes y sabemos lo que hacemos, cada cual juega el juego que más le conviene. Pero, particularmente a  mí no me gusta ser la hijadeputa que le cague la ilusión a otra mujer. Porque a lo mejor ella sí está enamorada, de verdad lo quiere. Eso me da como lástima con rabia al mismo tiempo, porque una mujer que ama perdona cualquier cosa, y nunca falta un tipo que se aproveche de eso. Lo cual me jode mucho. Los hombres dicen que las minas no tenemos códigos, ¿viste? Y ellos, que sí tienen, cuando se trata de ponerla se olvidaron de todos los códigos, no les importa nada, ni siquiera el amor...
Se quedó en silencio, quieto, durante un rato. Luego se sentó en la cama, quiso sacar los cigarrillos de la camisa y le dije que no quiero que fume en mi habitación.
Recostándose de nuevo, suspiró. Se pasó la mano por la cara y contestó con cierto abatimiento:
–Sí.

:·:

15 diciembre 2011

La fecha en que nos conocimos


O el amor los pone olvidadizos o nunca les importó. Yo apostaría a la segunda opción, al menos para la mayoría de los hombres, porque hay curiosas excepciones.


:·:

30 noviembre 2011

Después de un año

'Butterfly on Laptop' | Stock.xchng »


RoloGo: hola q contás tanto tiempo
DivaSoy: Hola
DivaSoy: quien sos?
RoloGo: no te acordás de mí
DivaSoy: la verdad que no, ni de casualidad
DivaSoy: debería?
RoloGo: bueno te cuento, soy Rolo
RoloGo: nos conocimos por chat
RoloGo: quedamos en vernos varias veces en el centro
RoloGo: pero vivo lejos y se me complica
DivaSoy: lejos? 
DivaSoy: a cuántos kilómetros de Buenos Aires?
RoloGo: Devoto
DivaSoy: ah sí pufff relejos, hay q tomar avión
RoloGo: no me gusta el centro
RoloGo: es un loquero siempre
RoloGo: seguís yendo a la facultad?
DivaSoy: ahora no, tuve que dejar para el año que viene
DivaSoy: xq?
RoloGo: no no soy profesor de filosofía
RoloGo: cuando hablamos la última vez me dijiste q a lo mejor necesitabas ayuda
RoloGo: para rendir un final
DivaSoy: ah
DivaSoy: pero Filosofía la cursé hace un año y medio!
RoloGo: y como te fue
DivaSoy: aprobé ahí, por un pelito
DivaSoy: ya pasó a la historia
RoloGo: ahora que es de tu vida?
DivaSoy: mi vida es muy larga de contar y no sé si tengo tiempo 
DivaSoy: o ganas
RoloGo: dale contame, me gustaría saber de vos
DivaSoy: hummm
DivaSoy: a ver, decime la verdad
DivaSoy: estás al pedo o estás aburrido
DivaSoy: te acordaste de mí DESPUES DE 1 AÑO nada mas q para hacer tiempo
DivaSoy: me equivoco?
RoloGo: :-)
RoloGo: adivinaste
RoloGo: jajaj
RoloGo: y también me acordé de vos porque sos linda
DivaSoy: :-S
DivaSoy: claaaah!
DivaSoy: ahora resulta q soy el payaso de cualquier pelagatos
DivaSoy: xq no te vas bien pero bien a la rep&#%=/@&!*”?????

[ RoloGo ha sido bloqueado ]
[ RoloGo ha sido eliminado de tu lista de contactos ]


:·: