03 enero 2012

Demasiado viejos, demasiado jóvenes

Lover's Lane by ~jesidangerously | Deviantart.com »

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[...] Esa noche Miriam llegó a la casa de su amigo más temprano que lo acostumbrado. Entró sigilosamente, se sacó los tacos para no hacer ruido y se asomó a la habitación de huéspedes, donde sus cuatro hijos dormían plácidamente. Los observó durante unos segundos, y luego se asomó a la habitación de Jorge, que estaba acostado y mirando una película.
Se miraron y se saludaron con una sonrisa. Él vio la expresión apagada de Miriam, y la invitó a tomar asiento en la cama junto a él. Hablaron un poco de los chicos, y cuando Jorge le preguntó cómo fue la cita, ella se desahogó:
–… por teléfono parecía un tipo copado, pero al final era uno de esos pajeros que sale con varias minas a ver con cuál se queda. Cero compromiso, la vida es pura joda. ¡Por Dios! ¿Por qué es tan complicado encontrar un tipo decente después de los treinta y cinco? No te digo un Brad Pitt, pero que se yo, uno que mas o menos tenga todo en su lugar y además use la cabeza. Los que quedan están hechos mierda, o tienen mil quilombos en la cabeza, o todavía tienen problemas para dejar los pañales. Los pocos que mas o menos están para tirarles los galgos histeriquean hasta el cansancio y al final se van atrás de las trolas de veinte.
–Gracias por la parte que me toca, eh.
–No lo digo por vos, pavo. ¡Qué se yo! Está bien joder y divertirse mientras se pueda, pero la joda no puede durar toda la vida. Mírame nene, voy a cumplir cuarenta pirulos dentro de poco. ¡Ya no puedo hacerme la pendeja! Quiero volver a estar bien con alguien, tener una pareja y…
–respiró hondo y ahogó suavemente un sollozo.
–¿Extrañás a Toto, no? –susurró Jorge con tristeza.
Miriam se secó las lágrimas y respondió:
–Veintidós años juntos, no es tan fácil de olvidar. No sé cómo hace él pero a mí me está costando mucho.
Lo miró a los ojos, vio que las pastillas para dormir le estaban haciendo efecto. Le rodeó la cintura con el brazo y le dijo entre lágrimas:
–Hasta cuándo te van a tener dopado… Me parte el alma verte así.
–Ya se va a pasar. No hay mal que dure cien años.
–dijo él, con los ojos cerrados, arrastrando levemente las palabras.
Hicieron una larga pausa, mientras miraban la televisión. Miriam seguía sintiendo el pecho oprimido.
–¿Me das un poquito de eso para dormir? –le dijo de pronto.
Jorge señaló una caja en la mesa de luz. Ella la tomó, sacó una tableta, la dividió en cuatro y se tomó un cuarto. Se acostó junto a él, rememoraron viejos tiempos y ella, acariciándole el pelo, le dijo:
–Nene… ¿vos decís que todavía soy linda? ¿que todavía estoy buena?
Jorge se quedó perplejo, durante unos segundos, pero contestó con total calma y sinceridad:
–Ay, Miriam… Te voy a decir lo mismo que te dije allá en Pinamar hace más de veinticinco años… Sos linda mina, inteligente, organizada, buena madre, excelente persona. Aunque ahora estás demasiado flaca y… ese corte de pelo no me gusta.
–Já, qué sabés vos de cortes de pelo, boludón.
–le dijo riendo. Se acurrucó junto a él y continuó: –Che, te acordás, cuántas veces nos habremos quedado dormidos así, de chicos, viajando en el asiento de atrás del auto de papá. Te tengo que confesar que a mí eso me gustaba demasiado. –hizo otra pausa, y luego exclamó entre risas: –Que cagada, ¿no? Ahora que otra vez estamos los dos solos, en la misma cama, libres y sin impedimentos, ¡ya estamos demasiado viejos y empastillados para cojer!
–Vida de mierda… –respondió él, y le dio un ataque de risa. Ambos rieron juntos durante un buen rato. Cuando Miriam se calmó, se dio cuenta que Jorge se había quedado profundamente dormido, todavía con una leve sonrisa en los labios.
Lo miró detenidamente. Ya no era ni el niño tímido ni el hombre alegre que ella había conocido años atrás. Era ahora un hombre agobiado por la tristeza, marcado por el dolor de haber perdido a su amada esposa en aquel estúpido accidente. Las arrugas alrededor de los ojos ganaban terreno. Los años los habían cambiado a los dos. Le acarició el mentón y lo besó delicadamente en los labios.
“Te quiero demasiado…” pensó con una mezcla de tristeza y alivio. Lo iba a querer siempre como el amigo-hermano que había sido y sería toda la vida. Suspiró y en pocos minutos se quedó dormida ella también.

A la mañana siguiente, Tincho y Manu, los hijos mayores de Miriam, observaban la escena desde la puerta: su mamá dormida en la cama de su tío, roncando con la boca abierta y la ropa puesta, y su tío, en un extremo hecho un ovillo.
–¿Vos pensás que…? –dijo Tincho mirando a su hermano mayor.
–¿Mami y el tío Jorge? Nah, imposible.
Se acercó un poco más y vió la pastilla dividida en la mesa de luz. Adivinó que ella también había tomado, y suspiró aliviado, pues por un segundo había dudado. Ambos hermanos sacudieron el brazo y la pierna de su mamá para despertarla. Ella gruñó, abrió los ojos pesadamente. Se incorporó despacio y vio a sus hijos. Le dio un ataque de vergüenza y balbuceó nerviosa:
–Chicos… ay, que boluda… No hice nada raro, ¿eh? Me quedé dormida acá, nada más.
–Sí, má, ya nos dimos cuenta.
–contestó Manu, con tono tranquilizador. –Te tomaste una de esas pastillas que toma el tío para dormir y quedaste frita.
–Ay, sí… Esperaba irme para el sillón cuando sintiera el efecto pero no llegué… Nos empezamos a cagar de risa y quedé palmada como si me hubiera caido un piano en la cabeza. Uf, necesito un café tamaño cacerola y una aspirina...

Se levantó, con movimientos de autómata, y mascullando unas cuantas maldiciones se fue directo al baño. Los dos adolescentes salieron de la habitación atrás de ella y se fueron hacia a la cocina para preparar el desayuno. De pronto, ambos se miraron y se empezaron a reír, ahogando las carcajadas para no despertar a los que todavía dormían.
[...]

:·:

3 comentarios:

  1. Excelente Ale, me emocioné y reí al mismo tiempo. Hermosa historia!

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  2. Gracias Moniq! te vas a emocionar más cuando leas el libro... si puedo terminar de escribirlo! jajaja creo q necesito un mecenas. Besos!!

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  3. ME GUSTO, A VECES SE NOS PASA EL TIEMPO DANDOLO A LOS DEMAS, SOMOS WENDY, TODO PARA LOS OTROS, Y NOSOTROS? ME GUSTA UN AMIGO DEL ALMA Y NO PUEDO HACER NADA. DISTE EN EL CLAVO, MUY FUERTE.

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