25 mayo 2011

El amor está en el aire

Love Is In The Air
Fue un domingo, almorzando con amigos, que me lo presentaron a Pepe. Era el típico gordito simpático de ese grupete de cuarentones casados, el único que aún permanecía invicto al “sí, quiero”. Me lo arrimaron descaradamente y yo, sin saber de qué hablar, le pregunté por el anillo que llevaba en su dedo anular. “Es mi anillo de escritor”, me dijo. No se lo creí hasta que días después me invitó a salir y me regaló un librito de tapa verde. Le eché un vistazo y me tuve que reír... ¡Era poeta! Esa misma noche lo leí, y me bastaron tres horas y media para llegar al final y descubrir que me había enamorado perdidamente. Salimos otras veces, pasamos muchas noches juntos, y meses después se me presenta con un ramo de fresias y un regalo. Era su nuevo libro, cuyo título decía “El amor está en el aire”. En la primera página yacía su dedicatoria en tinta negra... y su anillo. El mismo anillo que ahora llevo puesto yo, como símbolo de nuestra unión.
Adoro los finales felices.

Este relato fue publicado en la sección "Minicuentos" de La Nación | 13 de mayo de 2010 | ver »

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